LOS 10 PRINCIPIOS DE LA TERAPIA DE ACTIVACIÓN CONDUCTUAL
- MENTE PLENA
- 16 may 2018
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¿Qué es la activación conductual?
La Activación Conductual (AC) es una nueva terapia para la depresión desarrollada sobre bases contextuales y funcionales. La AC sostiene que el contexto explica más eficientemente la depresión y es también el lugar más adecuado para llevar a cabo una terapia eficaz que los supuestos factores internos, fueran éstos neurobiológicos (típicamente ‘desequilibrios químicos’) o psicológicos (por ejemplo, ‘esquemas cognitivos’). Asimismo, la AC sostiene que las conductas que caracterizan a las personas deprimidas juegan un papel significativo en la depresión, en vez de ser meramente síntomas de un cuadro.
La AC gira sobre dos cuestiones: qué condiciones ocasionan esta conducta (contexto) y cuáles son las consecuencias de esta conducta para el cliente (función). Así, por ejemplo, la AC se interesa tanto en los eventos que ocurren en la vida de las personas como en sus respuestas a tales eventos una vez que están deprimidas. En este sentido, un aspecto básico de la AC es la consideración acerca de que buena parte de la conducta de las personas deprimidas viene a funcionar en realidad como evitación conductual de importantes ámbitos de la vida, dadas las circunstancias actuales en las que no parece haber alicientes y acaso también predominen las situaciones desagradables sobre las confortantes. Este contexto depresógeno o deprimente se puede concebir de varias maneras, siendo las preferidas por la AC en términos de disrupción (rotura o interrupción más o menos abrupta) de las rutinas que constituían la vida cotidiana o, más técnicamente, en términos de bajo nivel de reforzamientos positivos y/o alto de control aversivo.
La evitación conductual toma una variedad de formas, desde la permanencia en casa ‘retirándose’ de las actividades habituales, a los ‘pensamientos rumiativos’, pasando por los modos de interacción con los demás. En general, se podría decir que la ‘depresión’ misma es una forma de evitación. Por supuesto, no siempre es obvio que las conductas de los clientes son conductas de evitación. El cliente hace lo que siente natural. Únicamente cuando se analizan las consecuencias de la conducta se puede empezar a comprender su función, en este caso, la de evitación. No es tanto la forma como la función lo que realmente importa. En todo caso, la depresión se sitúa en el contexto de las circunstancias actuales de la persona y no, por ejemplo, dentro de ella, cualquiera que fuera el lugar supuesto, del cerebro o de la mente que poco más da. De hecho, la depresión no le ‘sale’ a uno de ningún sitio como le podría salir una erupción ni tampoco le ‘entra’ como acaso entre una gripe. La concepción contextual de la depresión es completamente distinta a la concepción médica, sea psiquiátrica o psicológica, prisioneras de una u otra manera del mecanicismo (de hecho están interesadas en los ‘mecanismos de la depresión’).

¿En qué consiste la activación?
Concebida la depresión en esta perspectiva, la AC trata de reponer a la persona cara a la vida, poniéndola en contacto con las condiciones que pudieran reordenar el dis-order o trastorno dado. Trata de ‘poner a funcionar’ o, como sugiere su propio nombre, ‘activar’ a la persona a pesar de estar (todavía) deprimida, como paso para dejar de estarlo. Más técnicamente, se puede decir que la AC es un procedimiento que enfatiza los intentos sistemáticos en incrementar conductas que hagan probable el contacto con las contingencias ambientales reforzantes y produzcan, a su vez, cambios en los pensamientos, el humor y la calidad de vida. Naturalmente, se trata de ‘activar’ a la persona en la medida de sus posibilidades actuales y de acuerdo con sus intereses y valores. A este respecto, es fundamental el análisis funcional de la conducta, a partir del cual poner en juego las actividades que pudieran ser relevantes. No se trata, pues, meramente de incrementar las actividades como así era en terapias anteriores en esta misma línea, sino de incrementarlas en función de su relevancia para la persona en particular. En este sentido, se trata de una terapia ideográfica. Aunque, en general, es una terapia estructurada y de corta duración (del orden de 15 sesiones), no está protocolizada, sino confeccionada a la medida del cliente. Más importante que la aplicación de una serie de técnicas es la filosofía contextual y el criterio funcional de base
Marino Pérez Álvarez . Universidad de Oviedo. España
La investigación original a la que se hace referencia en este artículo, puede encontrarse en la revista Journal of Consulting and Clinical Psychology: Dimidjian, S., Hollon, S.D., Dobson, K.S., Schmaling, K.B., Kohlenberg, R.J., Addis, M.E., Gallop, R., McGlinchey, J.B., Markley, D.K., Gollan. J.K., Atkins, D.C., Dunner, D.L. y Jacobson, N.S. (2006). Randomized Trial of Behaviorial Activation, Cognitive Therapy, and Antidepressant Medication in the Acute Treatment of Adult. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 74 (4), 658-670.
Principio 1: La clave para cambiar cómo nos sentimos es cambiar la forma en que hacemos las cosas.
Principio 2: Las circunstancias vitales pueden conducir a la depresión, pero a veces son las estrategias que utilizamos para manejar la depresión las que nos impiden salir de ella
Principio 3: La clave para descubrir qué cosas tendrán un efecto antidepresivo se encuentra en lo que pasa justo antes y justo después de nuestros comportamientos.
Principio 4: Nuestras vidas deben estructurarse siguiendo un plan, NO siguiendo al estado de ánimo.
Principio 5: El cambio es más sencillo si empezamos por los cambios más pequeños.
Principio 6: Preste especial atención a las actividades que son intrínsecamente gratificantes.
Principio 7: Su terapeuta será más un entrenador que un maestro.
Principio 8: Si la activación conductual fuera tan sencilla los psicólogos no tendríamos trabajo. La terapia de activación conductual requiere un proceso continuo de desarrollo de posibles soluciones y de verificación de su utilidad. Cada paso que nos aleja de la depresión cuenta.
Principio 9: ¡No se limite a hablar sobre ello, hágalo!
Principio 10: Terapeuta y cliente deben colaborar con persistencia y creatividad para superar los obstáculos que a buen seguro entorpecerán la activación conductual.
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